20Ago

Varios analistas y empresarios lanzan propuestas para enfrentar el choque e impulsar el crecimiento.

Por: Economía y Negocios
18 de agosto 2019 , 04:12 p.m.

¿Reactivación económica de Colombia? Esa ha sido la frase de muchos esta semana en el país, en medio de una turbulencia internacional que amenaza con recesión global. Esto, después de que el Dane dio a conocer –el jueves pasado– el resultado del crecimiento que tuvo la producción en el segundo trimestre del 2019: 3 por ciento, impulsado por la demanda interna, es decir, el consumo de los hogares y la inversión, lo que a su vez ayudó a que el comercio liderara, con el mayor crecimiento (4,8 %).

De hecho, el presidente Iván Duque, durante el congreso de la Andi, se refirió a la ley de financiamiento tramitada por su gobierno como ‘la ley de reactivación económica’, porque ha permitido “incrementar la competitividad del país frente a otras naciones de la región y del mundo”. 

Y es que, si bien en el segundo trimestre de este año hubo algunas ramas que siguieron cojeando, como la industria y la construcción, que solo crecieron al 0,6 por ciento, y otras que no lograron poner el pie en el acelerador con suficiente fuerza, como Agricultura (1,5 %) y Minas (1,2 %), el Gobierno se la sigue jugando con un crecimiento de 3,6 por ciento en el año total, lo que para los empresarios no parece posible, por lo que su expectativa es de 3,4 por ciento.

No obstante, lo que sigue ahora para que las cosas se den es lo que cuenta, pues de no crecer el país al ritmo esperado por el Gobierno, “podría llevar a una menor recaudación tributaria que requeriría un mayor esfuerzo fiscal para continuar reduciendo el déficit del Gobierno”, indicó la calificadora Moody’s.

Más aún si, en el corto plazo, no se puede desconocer el riesgo latente de un coletazo proveniente del entorno internacional. Para enfrentarlo, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, estima que “la depreciación del peso es un mecanismo útil para mitigar buena parte del choque externo, con el efecto adicional de incentivar exportaciones y encarecer importaciones, cerrando el déficit comercial y de cuenta corriente, que aún luce alto, incluso frente a nuestros pares”.

Mejía agregó que “la depreciación podría afectar la inflación local, lo que reduciría el espacio del Banco de la República para bajar sus tasas en caso de que la economía se empiece a desacelerar por el entorno global”.

Aguantar el sacudón, desde la perspectiva de Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital Colombia, es difícil, pero se debe hacer la tarea. “Es muy difícil torear una turbulencia internacional. De venirse una recesión, todo el mundo va a terminar afectado. Lo importante es que el Gobierno mantenga juicio en el manejo fiscal. Que el Emisor conserve su postura de mantener la inflación estable”. 

Agregó que, en estos momentos de volatilidad, lo importante es “lograr que las instituciones económicas estén sólidas. Y un tema final, frenar la polarización política, pues esta le quita velocidad de crecimiento a la economía porque mantiene cautelosas a algunas de las empresas para invertir a largo plazo”.

Acciones rápidas para crecer

Entre tanto, en el marco del congreso de la Andi, empresarios consultados por EL TIEMPO estiman que hay que poner el foco en la infraestructura para consolidar el crecimiento que se está empezando a dar. El presidente del Grupo Argos, Jorge Mario Velásquez, señaló que se debe mantener la visión de largo plazo y la inversión, para lo cual el sector privado puede proponer la realización de una serie de obras de manera rápida.

“Por ejemplo, estamos proponiendo una iniciativa privada para ampliar la capacidad del aeropuerto El Dorado (Bogotá), pasando de 33 millones a 80 millones de pasajeros, con una pista adicional, un terminal adicional y obras complementarias. Esto vale 2.000 millones de dólares, no requiere recursos públicos y se puede iniciar tan pronto como lo permitan los trámites”, señaló.

Por su parte, el presidente del Grupo Sura, David Bojanini, sostuvo que para dar el salto que se requiere se necesita crecer al 4 por ciento, y para ello hay que impulsar no solo la construcción de obras civiles, sino de edificaciones, pues esto tiene un impacto directo. “Se está moviendo la vivienda VIS no más, pero los otros niveles han tenido problemas porque hay inventarios y había incentivos en el pasado. Por eso, yo propondría que se miren otros tipos de construcción, como las iniciativas privadas”.
Además, el directivo destacó los resultados del Gobierno para destrabar los proyectos viales de cuarta generación (vías 4G).

ECONOMÍA Y NEGOCIOS
EL TIEMPO

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