Las nuevas normas internacionales han revolucionado los principios de la contabilidad tradicional.
La Ley 1314 del 2009, con la cual se regulan los principios y normas de contabilidad e información financiera, dividió inicialmente en dos la carrera de contaduría, pero con el paso del tiempo nos vamos dando cuenta que esta reforma nos impacta a todos.
La Ley obliga a cambiar la forma de ver la contabilidad, al pasar gradualmente de un sistema diseñado para las particularidades colombianas y con fines limitados, hacia un sistema internacional que mitiga las diferencias con otros sistemas contables, y nos invita a informar y no sólo a registrar. Justamente, se pasa del “Plan Único de Cuentas”, a un sistema más completo, sobre todo por las revelaciones que deben acompañar los reportes financieros, cuyo nombre refleja su verdadero propósito: “Normas Internacionales de Información Financiera”, NIIF por sus siglas en español.
El país, con la aprobación de la mencionada Ley, no fue exactamente pionera en la región para este cambio de esquema, pero sí hizo parte del gran lote de naciones latinoamericanas que tomó la decisión de converger hacia ellas en el segundo lustro del nuevo siglo: Argentina en 2007; Brasil aunque ya lo había incorporado para empresas listadas en Bolsa, este mismo año adoptó las NIIF para las no emisoras; Chile, al igual que Colombia, inició este cambio en 2009; mientras que Ecuador y Panamá modificaron su legislación en 2006.
Otros países también han adoptado su sistema contable a estas normas.México, por ejemplo, exige desde el 2012 el uso de las NIIF para emisores pero decidió no hacerlo para pymes tal como es el caso de naciones europeas como Alemania, Francia y España; y asiáticos como Japón y China. Los Estados Unidos, por su parte, podría verse en primera instancia como el gran ausente en este modelo pues mantienen su propio sistema: el US-GAAP, “Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados”, aunque el emisor de Normas Contables de USA, está trabajando conjuntamente con el emisor de las NIIF, para la elaboración de nuevos documentos de manera compartida.
Estos cambios no se logran con una nueva Ley, por el contrario, requirieron de varios ajustes legales en sus diferentes fases. En Colombia, posterior a la Ley 1314, se destacan los decretos 2784 y 2706 del 2012 con los lineamientos para las empresas clasificadas en los llamados grupo 1 y 3, estando el primero compuesto por compañías emisores de valores y empresas de tamaño grande, y el grupo 3 por microempresas y personas naturales o jurídicas del régimen simplificado. Las pymes, por su parte, conforman el grupo 2 para el cual se tiene el decreto 3022 del 2013.
Las empresas del grupo 1 a partir del cronograma previsto -el cual naturalmente no fue exento de modificaciones- mostraron este año por primera vez sus resultados financieros con esta nueva reglamentación, y al finalizar el 2016 se espera que lo hagan las pymes. Ha sido así un proceso largo que empezó en el 2009, que ya refleja sus primeros resultados en términos de presentación, pero que está lejos de finalizar, puesto que la adaptación legal no se detiene, el conocimiento es dinámico y el paso a seguir es un cambio de mentalidad por parte no sólo de los contadores, sino directamente de la gerencia de las empresas.
Los resultados financieros con este nuevo parámetro son una invitación a dejar de lado el simple registro, para incorporar a todas las áreas de las organizaciones en la generación de la información financiera, demandando un cambio desde la recepción hasta la elaboración, presentación y análisis de los datos.
Incorporación de modelos de depreciación asociados al verdadero desgaste, cálculo del valor presente de los diferentes activos, impacto inmediato en la utilidad de los llamados gastos preoperacionales, desaparición de algunas cuentas “mentirosas” como ciertos activos diferidos, recomendaciones en presentación de estados financieros, obligatoriedad de nuevos anexos, aplicación de herramientas financieras, entre otros cambios, se ajustan a las actuales necesidades de los “stakeholders” (personas y grupos afectados por las actividades de las empresas) y permiten realizar diagnósticos más completos y realistas.
El aspecto tributario con este nuevo esquema tampoco pierde importancia pero sí protagonismo, siendo el entendimiento de esta premisa uno de los grandes retos para las pymes. Y los generente, por su parte, ya están familiarizados con los cambios, pues su adopción ha requerido inversiones desde asesorías de entes especializados hacia su misma construcción. Ellos han aprendido sobre la marcha y una vez lo presentan, como ya es el caso de las empresas del grupo 1, estudian la mejor forma de analizar su información comparándola con el sistema antiguo, y con su competencia y sector que aun pueden estar utilizando la contabilidad colombiana tradicional.
Por otro lado, la nueva generación de administradores (y carreras afines), deben adquirir estas nuevas herramientas, para que una vez ejerzan, pongan en evidencia que las NIIF son de interés general y brindan mejores insumos para toma de decisiones de inversión, de financiación, de compras, de adquisiciones y de internacionalización de las organizaciones.
Ya estamos aprendiendo a presentar y calcular resultados financieros con el nuevo esquema, ahora es el momento de cambiar la forma de entender, de proyectar y de hacer uso eficiente de la información financiera siendo éste el verdadero propósito de este proyecto. Anticiparse es la invitación y la mejor estrategia a seguir.
http://www.eltiempo.com/economia/finanzas-personales/nuevas-reglas-para-contadores-en-colombia/16634295